Komokabras: los experimentos de Adega Entreosrios

En la I.G.P. Barbanza e Iria, pegadita a la D.O. Rías Baixas, nace Komokabras, los experimentos de Adega Entreosrios.
Cada vez más son las bodegas que buscan intervenir de la forma menos invasiva posible, y Adega Entreosrios no es la excepción.
Acompañando la filosofía del respeto al entorno, se evita al máximo la utilización de productos químicos para tratar las viñas y elaborar los vinos.
En este sentido consideran que el vino debe hablar por si solo sobre el terroir y las condiciones climáticas de cada añada.
El proyecto Komokabras no es ajeno a esa filosofía, con un plus fundamental que todo curioso de este maravilloso mundo anhela encontrar en los vinos que descubre.
Ese plus es el experimento que han hecho en la línea Komokabras, y que no es más que probar distintas formas de elaborar el vino partiendo de la misma uva, esa de más renombre en la región, la Albariño.
Así tenemos tres vinos iguales y distintos en donde las más que notorias características que los diferencian, parten exclusivamente de las distintas formas y depósitos de elaboración.
Los Komokabras Albariño
Komokabras Verde -LIAS- 2019

Este 100% Albariño ha fermentado en depósito de acero a temperatura controlada y con levaduras indígenas.
Luego se cría en distintos tanques, en donde el 50% ha sido trabajado sobre lías efectuando fermentación maloláctica, mientras que con el otro 50% no.
Es el Komokabras de mayor volumen que sale al mercado, en donde de esta añada han visto la luz 10.000 botellas.
Claramente encontramos la versión más fresca de los Albariños Komokabras.
Con la tipicidad que caracteriza a este varietal bien aromático, en donde la fruta blanca, las notas frescas, una puntita cítrica y la acidez marcada, son su carta de presentación.
Komokabras Amarillo -BARRICA- 2019

Aquí también tenemos 100% Albariño que ha fermentado en depósito de acero a temperatura controlada y con levaduras indígenas.
Sin embargo, como se podrán imaginar, aquí la crianza la han efectuado en barrica. Y esta crianza ha sido de unos 10 meses en barricas usadas de 225 y 500 litros.
Pero contrariamente a lo que sería, quizás, más previsible, en este caso no han hecho maloláctica.
La producción es mucho más limitada, ya que sólo han salido 3.300 botellas a la cancha.
Sin dudas es muy interesante la propuesta, porque mediante esta elaboración, el vino ha ganado volumen pero no perdió para nada su frescura.
Hay un poco más de complejidad sin que la madera se haga protagonista en ningún aspecto.
Se hace muy presente la fruta blanca y esa acidez marcada que tan bien le queda al Albariño.
Komokabras Naranja -TINALLA- 2019

Claramente seguimos con la Albariño al 100%, pero esta vez, ha macerado con sus pieles durante 5 semanas en tinajas de barro de 300 litros.
La fermentación la ha hecho a temperatura ambiente y como la filosofía lo indica, con levaduras indígenas.
Luego de una crianza en las tinajas durante 10 meses, ven la luz sólo 1.000 botellas de este maravilloso vino naranjo.
Este es sin dudas mi preferido, tengo una debilidad por los naranjos (te cuento de otro tremendo naranjo →AQUI←), y este sinceramente está buenísimo.
Y es que no pierde la esencia del Albariño, no se va para el otro lado con el “naranjismo” exagerado, y gana complejidad, volumen en boca y una textura que sin mermar frescura hacen un vino realmente delicioso.
El Komokabras que no es Albariño
Komokabras Rojo K-ÑO 2018

Bueno, resulta que los experimentos que Adega Entreosrios hizo con Albariño trajeron como resultado un Caiño, pero no fue magia experimental sino que, en la línea Komokabras, decidieron meter un tinto, y ahí vamos.
Se trata de un 100% Caiño que ha macerado con sus pieles durante 5 semanas en tino de madera.
La fermentación se ha dado a temperatura ambiente y con sus levaduras indígenas.
Se ha criado en barricas de roble francés de 225 litros durante 10 meses y luego se han embotellado en esta añada tan sólo 600 botellas.
Yo no sé si le han puesto K-ÑO por Komokabras CaiÑO o porque el vino es “un caño” y me disculpo por el argentinismo que aflora, pero este vino entusiasma.
En nariz las notas balsámicas se imponen por sobre las de fruta roja, y en boca la acidez es un festival.
Un tinto bien lineal, filoso, con una textura tánica suave pero presente, en donde la frescura, las notas balsámicas y una punta cítrica son las protagonistas.
La única contra que le encuentro es la más que escasa producción de este no-albariño.
Hasta aquí mi paseo por Komokabras, los experimentos de Adega Entreosrios.
Si has probado alguno, déjame tu opinión en los comentarios, y si no lo has hecho y eres de Toledo, la distribución la tienen los amigos de Vinnac Wines.
Salud!