Compartir un vino a pesar de la distancia

Compartiendo un Poula 2015 a pesar de la distancia

Son incontables ya los vinos que hemos compartido con Nicolás Orsini Blog, como también los lugares en que los hemos descorchado, y hoy a 12.000 km seguimos catando juntos. Siempre dispuestos a compartir un vino, a pesar de la distancia.

Hace tiempo que la trecho entre Argentina y España no es impedimento para sentarnos tranquilos y relajados, descorchar un vino cualquiera, y pegarle varias horas seguidas de video-llamada hablando de la vida y del vino.

De hecho, ya sabemos ambos que además un botella y una copa, lo que se necesita es un enchufe cerca o un powerbank a mano.

Video-llamada compartiendo un vino a pesar de la distancia
Desde Argentina, mientras catamos vinos a la distancia. Ph: Nicolás Orsini.

Pero hace unos días tuvimos un descorche especial, porque por primera vez estaríamos ambos, probando una referencia novedosa, y sería la misma añada del mismo vino.

De esta manera en Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires y en la ciudad de Toledo, a 12.000 Km de distancia y con 5 horas de diferencia, se descorcharon simultáneamente dos ejemplares de las 1.202 botellas que Germán Blanco ha elaborado en Casa Aurora del Poula Vino de Pueblo 2015.

Ya todos saben que los vinos de Germán son vinos que me entusiasman (AQUÍ te cuento de otro de sus vinos), y es por eso que una botella estaba estibada en Argentina.

El año pasado motivos nada alegres hicieron que tengamos que viajar en familia y de urgencia a Buenos Aires.

Pero entre bebedores nos entendemos, y como siempre hay que tirar para adelante, no estaba de más cargar en la maleta algunas de esas botellas que aún no había probado para si se daba la ocasión, sentarme y compartirlas con Nico, con Musu o con mi viejo.

La triste realidad pandémica y el apego a las normas, siempre velando por cuidarse uno mismo y cuidar al otro, dejó trunca la ilusión de compartir un vino con mi amigo.

Pero los vinos los dejé allí, a su cuidado. En algún momento volvería y esos vinos se iban a bancar el paso del tiempo sin problema. De esta manera, en un futuro los descorcharíamos juntos.

Entonces ya había un Poula Vino de Pueblo 2015 en Argentina, y sólo me restaba conseguir otra para así compartir un vino, a pesar de la distancia.

Por supuesto, encendí la Vinnac-señal y otro Poula 2015 cayó en mis manos en Toledo.

Con Nico teníamos ganas hace tiempo de hacer esto, él de probar los otros vinos que se elaboran en España, esos que no llegan a Argentina, y yo de compartir con él esos vinos distintos que me vienen entusiasmando desde que empecé mi camino en estas tierras.

Poula Vino de Pueblo 2015 - Casa Aurora
El elegido para la cata simultánea fue este Poula Vino de Pueblo 2015 de Casa Aurora.

Así que llegó el momento, a las 18:00 horas Argentina y 23:00 horas España la video-llamada comenzó y simultáneamente descorchamos nuestros vinos.

Solo quedaba sentarse, relajarse y disfrutar compartiendo, hablando y comentando el vino, eso que tan bien nos hace.

Sé que todo este romanticismo te suena. Si estás leyendo esto es porque el vino seguramente te genera lo mismo, pero también sé que querés saber de que se trata ese Poula.

Añada 2015 de este vino de pueblo, elaborado con las uvas de distintas fincas situadas en Villa de Albares, inmediato a la D.O. Bierzo.

Se trata de un corte que conjuga un 60% de uvas tintas con mayoría de Garnacha Tintorera acompañada de Mencía y Trousseau, y un 40% de uvas blancas, tándem conformado mayoritariamente por Palomino, escoltada por Godello y Doña Blanca.

En cuanto a su elaboración Germán recuerda que en aquel año no despalillaba, la uva se pisaba con los pies, y luego pasaba a fermentar en ánforas y barricas abiertas.

Luego se crió durante 12 meses en ánforas y barricas de 500 litros de roble francés usadas.

El resultado es un vino que, si a su particular elaboración le sumamos los 5 años que se mantuvo guardado en la botella, lógicamente va a ser muy interesante y más allá de su facilidad para beberlo, va a acaparar tu atención plenamente.

Comenzó un poco cerrado, en donde la nariz expresaba notas florales muy marcadas acompañadas de un mix de especias.

Durante la charla, se tiraban descriptores de un lado y del otro del Atlántico, y no tardaron en aparecer las notas de fruta roja, que empezaron a decir presente sin desplazar a las flores y las especias.

En boca sucedió algo similar, los primeros tragos se notaban más cerrados, con mucho carácter, buen peso en boca pero fluido y con un final persistente, donde las notas olfativas se condecían en boca.

Pero iba pasando el tiempo, y el vino se iba poniendo cada vez más bueno, se iba haciendo jugoso, la acidez empezaba a tomar protagonismo, la fruta se iba despertando y la botella vio el fondo.

De esos vinos que te ofrecen un matiz enorme de aromas y sensaciones, que va cambiando constantemente copa tras copa, y que ha evolucionado muy bien en botella.

Un lujo poder compartir un vino así con Nico, un vino de esos que nos gustan, de esos que disfrutamos, y que arrancan el comentario: – Che, está muy bueno eh!

Y claro, terminó siendo el compañero ideal para esta video-llamada de 4 horas, con un tipo con el que no solo comparto una amistad, sino también una pasión.

¿Alguna vez te tocó compartir un vino a pesar de la distancia?

Es una gran solución para continuar con los rituales si te toca estar lejos o si esta pandemia no te permite hacerlo cara a cara.

Salud!

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